El radón es un contaminante radiactivo, de origen natural, que surge de la desintegración del uranio. Esta desintegración tiene como consecuencia la emisión de partículas alfa de alta energía, capaces de dañar nuestro ADN y provocar mutaciones y tumores. Este elemento cancerígeno tiende a concentrarse en espacios subterráneos o de baja altura y puede llegar hasta las personas a través de infiltraciones desde suelos graníticos y, en menor medida, por su presencia en el agua y algunos materiales de construcción.
Uno de los mayores riesgos que entraña el gas radón es que está presente en ambientes cotidianos. Desde las viviendas hasta los lugares de trabajo. De hecho, un estudio llevado a cabo por varios investigadores españoles, publicado a finales de 2023, concluyó que, en áreas propensas al radón, los niveles de contaminación en escuelas, oficinas o edificios públicos son comparables o incluso superiores a los que se han medido en sectores mucho más regulados como minas subterráneas o instalaciones termales.
No es extraño, por lo tanto, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estime que hasta el 14% de los casos de cáncer de pulmón en el mundo son atribuibles a la exposición al gas radón, siendo la segunda causa solo por detrás del tabaco. Además, este organismo advierte que las probabilidades de una persona de padecer este tipo de cáncer se multiplican por 10 en el caso de que, además, sea fumadora. En España, el Ministerio de Sanidad calcula que la exposición a gas radón es responsable del 4% de las muertes por cáncer de pulmón, llegando en algunos territorios como Galicia hasta el 25%.
Soluciones de ventilación
Ante estos datos, surge la duda de cómo mitigar el gas radón para neutralizar el impacto que tiene sobre la salud de las personas. Lo cierto es que existen diferentes soluciones de protección frente al radón, en general enfocadas a aquel procedente del terreno. Estas soluciones tienen como objetivo principal disminuir la exposición al radón de las personas en el interior de los edificios y se pueden agrupar, de manera general, en soluciones de aislamiento o de ventilación. Las soluciones de aislamiento consisten en barreras de protección que mejoren la estanqueidad de la envolvente que está en contacto con el terreno.
Sin embargo, en los edificios existentes, que no son de obra nueva, este tipo de soluciones cuentan con las limitaciones que suele suponer la presencia de elementos constructivos preexistentes, así como el alcance de la actuación o los recursos económicos disponibles, por lo que las soluciones de ventilación se presentan, en muchas ocasiones, como la única opción viable.
En este sentido, SODECA ofrece distintas soluciones de ventilación que varían según la estrategia a seguir, en función de si se pretende mitigar el gas radón antes o después de que penetre en el edificio. En caso de que se quiera frenar su entrada, existe la opción de ventilar un espacio de contención, situado entre el terreno y el espacio interior a proteger, o bien de despresurizar el terreno mediante la utilización de un extractor mecánico. En ambos casos, es imprescindible utilizar equipos de alta eficiencia con motorización EC, porque el sistema de ventilación funcionará de manera continua.
Ventilación de locales habitables
Es cierto, sin embargo, que estas soluciones de ventilación son más difíciles de aplicar si el edificio ya está construido y se detecta radón, porque que el espacio de contención o existe o no existe y la despresurización puede requerir de obras adicionales. La ventilación del propio espacio interior, en cambio, es una solución viable y efectiva tanto para obra nueva como para rehabilitación, si se detecta el radón a posteriori.
Esta solución, por lo tanto, tiene como finalidad reducir la concentración de radón en el interior de los locales habitables. Para conseguirlo, se aumentan las renovaciones de aire en el edificio mediante el uso de sistemas de ventilación mecánica. Estos sistemas permiten diluir la acumulación de compuestos gaseosos como el radón aportando la suficiente cantidad de aire limpio y extrayendo el aire viciado.
Este proceso, no obstante, puede suponer un gasto energético considerable porque, al expulsar el aire viciado, se puede perder, también, la temperatura lograda gracias a los sistemas de climatización. Para evitarlo, las soluciones de ventilación de los locales habitables deberían plantearse con equipos de recuperación de calor, capaces de filtrar y renovar el aire en espacios interiores y, a su vez, de recuperar parte de la energía invertida en las operaciones de calefacción y refrigeración.
En este sentido, SODECA ofrece soluciones de ventilación con recuperación de calor para cualquier tipo de edificios, desde residenciales hasta industriales. En el caso de las viviendas, el AIRHOME de SODECA es una solución de ventilación de doble flujo con recuperador de calor que permite renovar el aire interior extrayéndolo de las zonas húmedas, como son la cocina y los baños, y transferir el calor al aire limpio que entra a las zonas secas de la casa. Esto asegura una calidad del aire óptima, gracias al sistema de filtrado del AIRHOME, y evita las pérdidas de energía, con el ahorro que esto supone. De esta manera, se pueden aumentar las renovaciones de aire, y mitigar la presencia de gas radón en el hogar, sin desatender la eficiencia energética.